Sobre la marcha

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Por: Jacqueline Perea

Mi invitación es a que el Distrito concentre todos sus esfuerzos en lograr el balance apropiado entre el ejercicio legítimo de autoridad y la difusión de los códigos elementales de cultura ciudadana.

Para ambos propósitos el señor alcalde William Dau debe liderar el trabajo articulado de todas las instituciones que laboran en terreno para que velen por el cumplimiento de las medidas estipuladas. Así mismo, es necesario que se establezcan campañas virtuales en redes sociales para invitar a la ciudadanía a que tome conciencia de la magnitud de la crisis y de la necesidad de acatar las medidas. En resumen, mi llamado es a que las autoridades distritales optimicen el trabajo con miras a lograr el mejor resultado posible.

Solo sobre la marcha los ciudadanos podrán aprender cultura ciudadana y disciplina social, lo que tanto necesitamos en este tiempo. Dependemos los unos de los otros para poder vivir, o para morir. Así estamos, dependiendo de que el amigo, el familiar, el vecino, el hijo o el ciudadano entienda que debe cuidarse para cuidar a otros. Sin embargo, ese cuidado dependerá de otros factores para que sea más efectivo, como las ayudas humanitarias o que el Estado cumpla sus fines esenciales, aunque este es un asunto para otro artículo. Aquí quiero decirle al Gobierno que la falta de cultura ciudadana y la indisciplina social no son un tema que se puede erradicar trabajando unos meses.

Este proceso de transformaciones sociales es un asunto de generaciones y de mejores condiciones socioeconómicas, pero en este momento nos toca emprender un plan estratégico a inmediato plazo. Incluso es tan apremiante que nuestra gente aprenda códigos elementales de cultura ciudadana que no da espera a que aprueben el plan de desarrollo «Salvemos a Cartagena».

El aprendizaje en cultura ciudadana es tan importante como la expansión hospitalaria, como las ayudas humanitarias o como lavarse las manos. Es imperioso que todas las personas entiendan y respeten las reglas sociales, sobre todo en tiempos del Covid-19 debemos «romper las cadenas de contagio».

Lastimosamente los cartageneros hemos demostrado que no respetamos los decretos, el Código de policía o los mensajes sobre la importancia del autocuidado. No tomamos conciencia ni cuando fallece un vecino o un familiar. A estos ciudadanos que no quieren entender que de nosotros depende que esta pandemia se expanda o se detenga hay que enseñarles de manera exprés cultura ciudadana.

Empecemos por lo elemental, por ejemplo, respetar el metro cuadrado de cada quién, la distancia social. Así sucesivamente, se iría articulando este proceso a todos los ejes del plan de desarrollo y al trabajo cotidiano de todas las secretarías e instituciones del gobierno. Ese sería un gran avance. La pandemia nos enseñó que las prioridades eran otras. No obstante, ojalá podamos estar a la altura del nuevo reto que implica la transformación social hacia una nueva Cartagena para los cartageneros.

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