Los gremios proponen al Gobierno Nacional declarar a Cartagena zona de tratamiento especial por COVID-19 y que, a su vez, esta declaratoria permita crear un FONDO ESPECIAL de carácter nacional para la ciudad con recursos del Fondo para la Mitigación y Emergencia (FOME).
Es una excelente iniciativa gremial puesto que es entendible el afán de los gremios por generar el menor traumatismo e impacto negativo para la ciudad en la economía formal e informal. Sin embargo, en un panorama optimista para todos podríamos ir mirando con mucha seriedad y serenidad fuentes alternativas de empleo. Es necesario explorar nuevos desarrollos para la explotación económica más allá del turismo mientras se adelanta la cruzada nacional por rescatar nuestra principal fuente de ingresos que es la industria turística.
Todos queremos reactivar el TURISMO por lo que representa, pero no nos engañemos, reactivar este sector no será de la noche a la mañana. Se requiere un enorme esfuerzo de voluntades públicas y privadas, así como consensuar muchos intereses alrededor de Cartagena.
No se necesita ser premio Nobel de economía para hacer esa ecuación. No es una visión pesimista, es la mirada desprevenida de una ciudadana que se proyecta con optimismo al futuro. No está demás abrir nuestra mente y pensar en colectivo, pensar en una nueva Cartagena con otras formas de economía, llámese colaborativa, de emprendimiento o solidaria.
Estos nuevos modelos de desarrollo económico son tendencia hoy en el mundo, Cartagena no debe quedarse rezagada y propender por pensar la economía desde otros enfoques que permitan el resurgir de la ciudad en medio de una crisis que nos golpea fuertemente.
