Hace un año, el alcalde de Cartagena, Dumek Turbay Paz, no parecía sufrir de miopía política. En ese entonces, veía con claridad los graves problemas de inseguridad que asediaban a la ciudad y hablaba con firmeza sobre la necesidad de tomar medidas urgentes para proteger a los cartageneros.

El 6 de agosto de 2023, cuando aún era candidato, Turbay expresó lo siguiente a través de su cuenta en la red social X: «Cartagena cercada por el hampa, pero el cinismo de la Secretaría del Interior no tiene límites. La inseguridad no es una percepción, como afirma la susodicha Secretaria. #SOSCartagena #SeguridadYa».

Sin embargo, hoy parece que su visión se ha nublado. La inseguridad sigue avanzando sin freno, mientras las soluciones prometidas se diluyen en el aire. Las palabras han sido sustituidas por promesas incumplidas.

En días pasados, Turbay Paz, en una clara muestra de su desconexión con la realidad social, aseguró: «yo camino seguro en la ciudad, no sé cuál inseguridad es», respondiendo a la pregunta de un periodista sobre la brutal ola criminal que azota a la ciudad.

¿Qué ha cambiado en estos últimos 13 meses? ¿La realidad de las calles o la voluntad de las autoridades para enfrentarla?

Cartagena sigue siendo rehén de la delincuencia, y la aparente ceguera de sus líderes frente a esta crisis es preocupante. El alcalde debe recuperar la claridad y colocar la seguridad de sus ciudadanos como su máxima prioridad antes de que sea demasiado tarde.

Cartagena no necesita más discursos borrosos, sino acciones concretas y eficaces. La ciudad y su gente no pueden esperar más.